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miércoles, 31 de octubre de 2007

OCEANO DE PREGUNTAS.

Existen numerosas adaptaciones de este tema de Irving Berlin, desde las interpretaciones de los grandes maestros (John Coltrane o Charlie Parker) hasta las de los jazzmen más actuales (Joshua Redman, Keith Jarrett, Anthony Braxton…), muchas versiones de saxofonistas (Ben Webster, Coleman Hawkins, Lee Konitz,…), vocalistas (Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, Julie London, Diana Krall,…), guitarristas (Joe Pass,…),… en fin, para que seguir.
Sirvan estas dos versiones para conocer “How deep is the ocean?”, un autentico standar de jazz. Dos lecturas diferentes interpretadas por Chet Baker, trompetista de vida azarosa y voz delicada que invitan a la tranquilidad y sosiego, en la primera con su dulce voz de "niño bueno" -nada mas lejos de la realidad, por lo visto- y en la segunda con su característica trompeta con la que pareciera sembrar el aire de flores.

Chet Baker (tp, v), Paul Desmond (as), Kenny Barron (p), Ron Carter (b), Tony Williams (d). (1977).

Chet Baker (tp), Phil Markowitz (p), Jean-François Jenny Clarke (b), Jeff Brillinger (d). (1978).

How much do I love you?, I'll tell you no lie.
¿Cuánto te amo?, no te mentiré.
How deep is the ocean?
¿Cómo de profundo es el océano?
How high is the sky?
¿Cómo de alto es el cielo?

How many times a day do I think of you?
¿Cuántas veces al día pienso en ti?
How many roses are sprinkled with dew?
¿Cuántas rosas son salpicadas de rocío?

How far would I travel to be where you are?
¿Hasta donde viajaría para estar donde tú estas?
How far is the journey from here to a star?
¿Cuán largo es el viaje desde aquí a una estrella?

And if I ever lost you, how much would I cry?
Y si alguna vez te perdiera, ¿cuánto gritaría?
How deep is the ocean?
¿Cómo de profundo es el océano?
How high is the sky?
¿Cómo de alto es el cielo?

jueves, 25 de octubre de 2007

EL LEGADO.

Cierta vez, al pasar por un edificio en construcción pude oír un gran estruendo que culminó con el grito de uno de los obreros ensuciando la memoria de su progenitor.
- …¡¡Me caaago en mi padre!!
A saber que circunstancia pudo inducir al propietario de aquella crispada voz a lamentarse de semejante manera. A saber si el estropicio que se adivinaba en aquel jaleo justificaba tan irreverente expresión. A saber porqué y para qué la gente dice o hace, lo que dice o hace.
Mi padre trabajó en el campo desde su más corta infancia y disfrutó de escasas oportunidades para escapar de esa vida, circunstancias que no favorecieron que adquiriera suficientes habilidades como para que pudiera expresar con claridad todo lo que pensaba o sentía -que sé que era mucho-.
Forjado en la parquedad de una comunicación poco estimulante y la rudeza de las actividades agrícolas, murió analfabeto -el día de mi cumpleaños (tócate los huevos)-, solo sabía sumar y plasmar la firma que aprendió en las pocas ocasiones que tuvo de asir un lápiz. Recuerdo como aprovechaba cualquier papelito para practicar los escasos números y las letras que conocía, sumaba los jornales que realizaba en cada uno de los meses de las campañas temporeras o estampaba su nombre y primer apellido utilizando aquellas convencionales letras góticas que ensayaba una y otra vez.
- “Aplícate,… -me decía mientras se afanaba trabajosamente en la escritura-,… ya estás viendo”.
Era un hombre de pocas palabras y no porque no tuviera nada que decir -ya digo, lo que enseñaba requería atender precisamente a lo que no decía-. Sus habilidades para relacionarse con nosotros -sus hijos- eran de lo más rudimentarias pero aunque era rudo, fue una persona muy sensible. Cada vez que me notaba que las cosas no iban del todo bien, me exhortaba lo que atesoro como uno de sus mejores consejos:
- “Si hace falta, cágate en tu padre”.
Me lo decía así, sin más, sin entrar en diálogo alguno, invitándome al ánimo, regalándome lo mejor de su sabiduría en esa especie de kōan de andar por casa.

Cada vez que oigo a alguien inmerso en una situación complicada cagarse en su padre, me pregunto si cuenta con su permiso. Yo sí cuento con el beneplácito de mi padre para utilizar su memoria de la manera que él mismo me indicó, así que cuando lo que toque vivir lo requiera, estoy perfectamente capacitado para, si hace falta, cagarme en mi padre.

viernes, 19 de octubre de 2007

VIDA INTERIOR.

"Los hombres que tienen una tempestuosa vida interior y no tratan de desahogarse con los razonamientos o con la escritura, son sencillamente hombres que no tienen una tempestuosa vida interior.
Dale una compañía al solitario y hablará más que nadie".

Releyendo a Cesare Pavese en su "El oficio de vivir" aparece esta anotación fechada el 19 de setiembre 1938 y... bueno, me ha apetecido compartirla.

martes, 16 de octubre de 2007

GRATITUD.

NICK CAVE - Into my arms. 1997.
A veces, cuando voy a la cama -no sé muy bien en que estado-, me viene a la memoria la manera con la que mi hermana pedía a mi madre que le deseara buenas noches.
- Mama, dime que no sueñe cosas malas.
- No sueñes cosas malas, hija… reza.
Seguro que mi hermana seguía las indicaciones de mi madre, pero el caso es que, yo también.
Luego vendrían noches en las que -ya lejos de mi infancia y después de atravesar la necesaria época de escepticismo hacia todo enraizado dogma, por la que todos nos paseamos en algún momento-, de vez en cuando me sorprendía recitando mentalmente aquellas oraciones que aprendí de chico.
A estas alturas de la vida, pienso que -no sé si añadir aquí un “pese a todo”-, hay que sentirse agradecido de cualquier cosa que vivamos, y por eso me gusta apoyarme en la lectura o la música para materializar esa oración sin formula, sin destinatario y que sin duda nos ayuda a estar en comunión con la vida.
I don't believe in an interventionist God
Yo no creo en un Dios intervencionista
but I know, darling, that you do.
aunque sé, cariño, que tu lo haces.
But if I did I would kneel down and ask Him
Pero si lo hiciera, me arrodillaría y le pediría
not to intervene when it came to you
que no interviniera en lo concerniente a ti,
not to touch a hair on your head,
que no tocara un pelo de la cabeza,
to leave you as you are.
que te dejara tal como eres.
And if He felt He had to direct you
Y si sintiera que tiene que dirigirte,
then direct you into my arms.
entonces que te dirigiera a mis brazos.

Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms
A mis brazos.

And I don't believe in the existence of angels
Y yo no creo en la existencia de los ángeles,
but looking at you I wonder if that's true.
aunque mirándote me pregunto si eso es verdad.
But if I did I would summon them together
Pero si lo hiciera, los convocaría a todos
and ask them to watch over you,
y les pediría que velaran por ti,
to each burn a candle for you
que cada uno encendiera una vela para ti
to make bright and clear your path
para hacer brillante y claro tu camino
and to walk, like Christ, in grace and love
y para caminar, como Cristo, en gracia y amor
And guide you into my arms.
Y te guiaran a mis brazos.

Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms
A mis brazos.

And I believe in Love
Pero yo creo en el amor
and I know that you do too.
y sé que tú lo haces también.
And I believe in some kind of path
Y creo en alguna clase de camino
that we can walk down, me and you .
que podamos recorrer tu y yo.
So keep your candlew burning
Así que mantened vuestras velas encendidas
and make her journey bright and pure.
y haced su jornada brillante y pura.
That she will keep returning
Que ella siga volviendo
always and evermore.
siempre y para siempre.

Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms, O Lord
A mis brazos, oh Señor.
Into my arms
A mis brazos.

viernes, 12 de octubre de 2007

SUPERVIVENCIA.

Basta ver diferente a alguien para despertar la curiosidad de “la bestia que llevamos dentro”, ese vestigio de existencias pasadas de cuando la supervivencia consistía en que no se te comiera cualquier depredador o que las condiciones meteorológicas no acabaran contigo, esa parte de nosotros que carece de discernimiento,... de refinamiento o de cualquier “…ento” que permita manifestar la mas ínfima pizca de compasión hacia nada ni nadie. Pero lo peor, es que esa bestia nuestra, no es curiosa para encontrar coincidencias con el otro -como si se mirara en un espejo-, sino que lo es precisamente, para acentuar las diferencias que intuye, con el fin de mantenerse en la existencia de su propia naturaleza. Y peor aún,... cuando la diferencia en el otro se percibe como una debilidad, se tiende a acabar arrollando al “diferente” de manera inexorable.
Antes lo mío que lo de nadie.

Hace poco una madre me contaba como su hija que sufre fisura palatina y a la que acaban de poner un par de audífonos, era motivo de burla en el colegio. Los demás niños se mofaban de su dificultad de dicción y pese a seguir mis indicaciones para arreglar el asunto con la mediación de los profesores, ella puso solución como supo. Al cabo de los días cuando volví a ver a la susodicha, me dijo que todo estaba bien,… se acercó a los niños que acosaban a su hija y les dijo:
- Como me entere que os metéis con mi hija, os cojo de los pelos y os lo arranco. ...y hasta ahora.
Ya digo, es la regla natural, puestos a ser diferentes, antes lo mío que lo tuyo.
Escena: "Bienvenidos a la casa e muñecas" de Todd Solondz. 1995.

sábado, 6 de octubre de 2007

DESVELO.

Me acuesto pronto para soñarte.
Apareces en un instante, -en realidad no te has ido-.
Irrumpe en mis sábanas la íntima luz de tu tez blanca,
ráfaga que ilumina la roja senda hacia tus labios.
Bebo la vida en cada beso.
Vivo tu aliento en cada sorbo.
Tocas mis ojos para desnudar bajo la almohada,
el juego cálido de tus manos enredadas en las mías.
Tu pelo encendido prende el deseo y todo es fuego.
Arden mis dedos al dibujar tu tibia piel soñada,
la carne estremecida se derrite en nuestras lenguas.
Sonrisas diablean fundidas en alianza,
destellan gemidos en cada caricia
-cualquier roce es un incendio-.
El mimo de la palabra en carne viva
arrulla mi razón incinerada,
cegado en tu vehemente secreto.
La humedad no nos apaga.
Mi cuerpo es el tuyo
en el que vierto mi alma.

Sólo cuando ya
solo eres noche,
el humo negro de la vigilia
te diluye en la escarcha de mi frente.

miércoles, 3 de octubre de 2007

VENTANA OESTE (VII).

Llueve para darme al corazón que todo está en su sitio.

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Para el que sabe ver todo es transitorio