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martes, 25 de noviembre de 2008

DAYS LIKE THIS.

TRIGO LIMPIO - "Rómpeme, mátame". 1977.

Tus ojos ya no me miran, son tus labios dos mentiras;
tu lengua, insulto y caricia, pero así me siento viva.
Prefiero ser pura sangre y que me tires de las bridas
que una muñeca de jade, un adorno en tu vitrina.
Por eso rómpeme, mátame, pero no me ignores, no, mi vida:
prefiero que tú me mates que morirme cada día.
Tus manos son dos cadenas, mi placer y mi agonía:
con una me das cariño, con la otra me dominas.
Prefiero sentir la espuela que me hincas cada día
a ser la flor que en un vaso olvidaste en una esquina.
Por eso rómpeme, mátame, pero no me ignores, no, mi vida:
prefiero que tú me mates que morirme cada día.

Volvemos a caer en los tópicos. Hoy -como ayer-, se nos vuelve a invitar a que nos coloquemos unas “gafas de color morado” para introducir la “perspectiva de género” en nuestras vidas. Una prótesis que no para todos -y todas- parece tener las mismas dioptrías. Hay algunas -y algunos-, que mientras se afanan en que su discurso sea lo más políticamente correcto, pierden esa naturalidad tan necesaria para que el concepto de igualdad sea minimamente factible -ya no digo creíble-. Otros -y otras- amplifican tanto lo que oyen -no digo ver- que tendenciosamente hacen inclinar la balanza al extremo contrario, convirtiendo eso de "la igualdad" en una moneda de cambio. Y las hay, muy monas ellas, -en ellos de momento no me fijo-, que con tanta "perspectiva", pierden por completo todo su atractivo.
¿Y si en vez de gafas, miramos por nosotros mismos? No creo que lo que hay que ver, haya que verse con los ojos.


Escena: "El mundo sigue" de Fernándo Fernán Gómez. 1963.

jueves, 20 de noviembre de 2008

ESCUCHA.

Si lo intentas, pon todo el corazón.
No cargues con lo vivido,
alójalo en ese justo lugar
que te permita partir
-allá donde vallas-.
Aunque ahora no sepas muy bien
dónde es eso, -ni lugar ni destino-.

Y si avanzas, renueva tu atención.
Cuidado con el descuido.
Se desvanecería tu voluntad
si silencias tu sentir
-y al advertir, callas-.
Aunque ahora no sepas muy bien
como hacerlo, -escucha tu camino-.

Si te alejas, no pierdas la ilusión.
No todo está perdido.
Más y más gozarás tu libertad
al estar cerca de ti.
-conozco tu talla-.
Aunque ahora no sepa muy bien
cuando será, -respiro tranquilo-.

BJÖRK Y RAIMUNDO AMADOR - "So broken". 1997.

So broken, in pieces,
Tan roto, en pedazos,
my heart is so broken,
mi corazón está tan deshecho,
i'm puzzling.
(que) estoy hecha un caos.

Here I go,
Aquí voy,
trying to run ahead of that
trantando de seguir adelante con este
heart-break-train, thinking
destartalado-tren-que-es-mi-corazón, pensando
it will never catch up with me
(que) nunca me alcanzará.
---
I'm so broken,
Estoy tan deshecha,
i'm trying to land this aeroplane of ours gracefully,
intentando aterrizar este avión nuestro con soltura,
but it seems just destined to crash.
pero sólo parece destinado a estrellarse.
---
I'm so broken,
Estoy tan deshecha,
How can
¿Cómo puede
all continuity just vanish away
toda continuidad desvanacerse
at one step at a time now, baby?
en un instante, cariño?
---
I'm so completely unhealable, baby.
Enteramente no tengo cura, cariño.
I'm so broken.
Estoy tan deshecha.


Imagen: "Dédalo e Ícaro" de Charles Paul Landon. 1799.

domingo, 16 de noviembre de 2008

ALLEGRO SOSTENUTTO. (y II).

(Viene de...) Terminaban los años ’70 y algunas de las familias que años atrás emigraron a otros países, regresaban para instalarse de nuevo en su lugar de origen. Tal fue el caso de “Las Francesas”, dos hermanas que nacieron en el país vecino mientras sus padres se afanaban en ahorrar todo lo que podían con tal de poder montar algún negociete a su regreso, un taller de carpintería en este caso. Venían a ser de la quinta de mi hermana, unas preadolescentes que llamaban la atención con su exótico encanto, -aunque después, "pegdido el grasejo de su donaigoso asento", resultaran ser más del pueblo que una lechuga-.
Con tal de integrarse cuanto antes en la gazmoña comunidad que era mi pueblo -bueno, hay cosas que nunca cambian-, sus padres enseguida las apuntaron a las clases del sacristán y para que hicieran pronto amigos, cada tarde les daban dinero para simpatizar con el personal. Una de esas tardes, mientras mi madre buscaba nuevos argumentos para que fuera con mi hermana a aprender música, le sonó la flauta por casualidad:
- ¡Anda,… llévatelo! -alentó a mi hermana con un gesto cómplice-.
- ¡Anda nene, vente, que nos van a convidar “las francesas” -dijo para captar mi atención-. Y la captó.
Me explicó la historia de las gabachas y cómo iban convidando a todo quisque a chucherías, incluso a los hermanos más pequeños de sus compañeras de solfeo.
- ...pero tienes que venir a clase para que no piensen que solo vas a que te conviden. -remató-.
- Bueno, pero como no conviden, ya no voy mas. -dije sin poder dejar de sentir toda la tarde que había caído en una encerrona, máxime cuando mi hermana me presentó al sacristán como su nuevo alumno-. Así comenzó mi carrera musical.
A mitad de la clase yo ya me quería ir. El sacristán me encomendó para empezar, que supiera identificar las líneas de los espacios y pasé la tarde recitando “mi-sol-si-re-fás” y “fa-la-dó-mis” hasta el aburrimiento. Si no abandoné en mi primer día, fue por la promesa de mi hermana de que si no invitaban “las francesas” me invitaría ella.
Y llegó el momento. Terminada la clase, las francesas fueron rodeadas por una caterva de acólitos sedientos de azúcar, que se hacían los remolones para ver si salía de ellas proponernos acompañarlas al pretendido ágape. Viendo que no, la más valiente -e impaciente, claro- inquirió:
- ¿Hoy no vais a invitar?,... He traído a mi hermano. -como tratando de convencerlas de que aquella era una tarde especial-
- ¡Y yo al mío! -espetó mi hermana sacándome los colores-. Supongo que corroborando aquel pobre argumento, se hacía notar para no perderse lo que viniera.
A las pobres forasteras no les quedaba mas remedio que agradar a aquella descarada turba, así que consintieron que fuésemos a festejarlo a la confitería del centro del pueblo, “la confitería de Manuela” -dios la tenga en su gloria-. Sin duda, aquel lugar es uno de los recuerdos más dulces que atesoro. Sólo el olor alimentaba. Cierro los ojos y veo los vivos colores de los caramelos de fruta,… de gominola, masticables, “Chimos”, “Pez”, “Sugus”, chicles,… pirámides de piruletas y chupachups, cigarrillos de chocolate, "palotes", regaliz,… galletas envasadas en cajitas de lata, “Poskitos” y “tigretones”, brazos de gitano, dulces de nata, de crema, de coco, con guinda,… bollos, bizcochos, pastas para el té,… ¡Ejem!,… quería decir que elegir entre todo aquel arsenal era una tarea dificilísima, aunque, mas difícil era para “las francesas” administrar los cuartos para que hubiera para todos. Pero al final, todos contentos.
Después del disfrute de aquél ambigú, vendrían un par de tardes más en las que nos pusimos las botas con las hermanas, hasta que la costumbre se hizo insostenible para ellas, que veían como el grupo se acrecentaba cada vez más. Y bueno, entre que las francesas cortaron el suministro y que el sacristán tenía más mala follá que un bombero -con todos mi respetos para el cuerpo-, dejé de ir a las clases de solfeo.
Y ahí acabó mi carrera musical.

ALLEGRO SOSTENUTTO. (I).

Cuando mi hermana se apuntó a la Banda Municipal, mi madre insistía en que yo también,… me fuera con la música a otra parte. Pero yo prefería mil veces desplegar mis indios de plástico en el descansillo de la escalera o deambular en los solares de mi barrio levantando piedras. A tan corta edad, no estaba yo para gaitas.
Aunque, algún tiempo después, llegó el día en el que brotó en mí la curiosidad de acercarme a aquel grupo de muchachos que todas las tardes se cultivaba musicalmente en la planta superior de la biblioteca. Pero claro, no fue hambre de conocimiento lo que me llevó hasta allí, sino otro tipo de hambre -como se verá luego-, mucho mas mundano.
El director de la banda era el sacristán de la parroquia, un tipo parco en palabras y gestos, que solo se dirigía a ti para decirte lo mal que lo hacías o propinarte un manotazo cuando desbarrabas al marcar el compás, amén de amenazarte continuamente con que nunca conseguirías que te asignara un instrumento. Aún así, muchos eran los púberes que se pirraban por pertenecer a aquel hatajo de abnegados masoquistas, mientras sus madres les insistían en que se aplicasen para conseguir el instrumento -como mi madre conmigo-, o henchidas de orgullo, presumían de tener a alguno de sus vástagos formando parte de aquella sufrida élite -como mi madre con mi hermana-. Ella llegó a ser “clarinete primero”. (Continúa en...)

sábado, 15 de noviembre de 2008

TODO LO QUE SOMOS.

Viendo que me retraso en la entrega de una nueva entrada, he pensado amenizar la espera con unos minutos musicales… y qué mejor que con un poco de la música más libre que conozco.
Os dejo con el estándar “All the things you are”, en este caso interpretado por keith Jarret, un pianista que -como todos-, tiene sus detractores pero que, bien escuchado, no lo hace tan mal el muchacho,... vamos, que entretiene, sobre todo cuando se hace acompañar del galimatías que escapa de su boca al leer la partitura, -como es el caso-. Os dejo además el video donde el bueno de Serge imprime a la pieza su particular aire “pop”, "swing", o "quéseyo", con esa chulería indecente, -que cantaran otros y que le es tan propia-.

Keith Jarrett (p), Gary Peacock (b), Jack DeJohnette (d).

domingo, 9 de noviembre de 2008

VENTANA OESTE (XIV).

There goes the sun and i say it's all right.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

NOSOTROS MISMOS.

Puestos a que todo nos importe un comino, podríamos permitirnos -por lo menos-, ser nosotros mismos. Pero no. Es probable que más de una vez, nos hayamos mordido la lengua o hayamos mirado a otro lado ante las injusticias de los que manejan la autoridad o conocen el alcance de su poder, delegando en ellos las riendas de nuestras vidas.
En este mundo, -del que decimos que cabemos todos-, no falta -no faltamos, digo-, el gobernante de turno que administra los recursos a su antojo, el inspirado experto que etiqueta a su clientela para siempre o el guía iluminado que promete otro mundo mejor a cambio de fidelidad. También está -estamos, digo-, el que dirige sus esfuerzos a tener a toda costa “lo que hay que tener”, el que se hace eco de "lo correcto", el que cree a pie juntillas lo que “debe ser” o el que mira por encima del hombro a quién no considera “de los nuestros”,… el que enseña, el que juzga, el que tiene la verdad… y bueno, luego estamos nosotros -y no digo nosotros que vistamos un blog o que asentimos mientras leemos,… no,… hablo de ese yo que somos y que ve, que siente y no habla, mientras se sorprende, se escandaliza o se asusta de quién se atreve-.

Escena: "Lenny" de Bob Fosse. 1974.

domingo, 2 de noviembre de 2008

DEVANEO. Diecisiete.

Veo como alguien guiña un ojo a quien tuvo cerca para, -con la duda que le provoca su gesto-, medir la distancia a la que ahora se encuentra.

sábado, 1 de noviembre de 2008

ÓLE...

Ea, que cuando digo “astaquí”,
me pongo flamenco.
Al vaso digo que venga y,..
-a ver, es lo que tengo-,
con él tocando y yo cantando,
todo me importa un pimiento.

Y es ahí donde caso palabras,
-para arrojarlas al viento-,
digo pena, duelo, sufrimiento.
Y en un alarde de insomnio,
cuando a la cama me voy,
íncubo soy que aligera tu sueño.

BERNARDA DE UTRERA - Bulerías. 1984.

¿Por qué me gastaste
tanta fantasía?,
si no hay quién nos deje
un momento solos
-la noche y el día-.

El día que nací yo
¿Qué planeta reinaría?
por donde quiera que voy
qué mala estrella me guía.

Mi estrella de plata
la que me reluce
¿Por qué me llevas por este calvario
llenito de cruces?

Carmen Reyes de los Reyes,
¡vaya un nombre de mujer!,
Carmen Reyes de los Reyes,
!Qué apellidos más gitanos¡
¡Qué nombres más bonitos
tenemos todos los gitanos!

(Por) tu cariño, gitana
mira lo que estoy sufriendo
y en vez de causarte pena
tú de mí te estás riendo.
No encontrarás quién te quiera
como yo te estoy queriendo.

¡Qué gitana soy
que me dices que me vaya
y por darte gusto me voy!

(Qué) dolor de madre mía
¿Cuando voy a encontrar otra madre
como la que yo tenía?

Callarse por un momento.
Ya se acabó el cante grande
que ha muerto Antonio Mairena
que cantaba como nadie.

Entre lágrimas y penas
el silencio es un crespón,
a los gitanos de Utrera
les han partido el corazón.

Ya está la luna en la playa
diciendo de madrugada
¡Antonio, qué pena
Antonio, que dolor que se ha muerto!

Imagen: "The Nightmare" de Johann Heinrich Füssli. 1741.

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Para el que sabe ver todo es transitorio