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miércoles, 31 de diciembre de 2008

VENTANA SUR (XIII).

Tener un horizonte ayuda a ver el camino.

lunes, 29 de diciembre de 2008

LA DESPEDIDA.

Los años ochenta fueron los años de mi mocedad. Época extraña aquella en la que permanecíamos despreocupados por el devenir de la vida mientras nos sentíamos repletos de ella,… tratando de sacar a todo, todo su jugo,… Un tiempo donde, -como diría Chavela-, no íbamos a ver si podíamos, sino que, porque podíamos, íbamos.
Nos sentíamos todopoderosos y sólo teníamos ojos para “los iguales”, con ellos probábamos, coqueteábamos y descubríamos todo cuanto hubiera de ser probado, conquistado o descubierto. Ávidos por crecer, intuíamos que el conocimiento no solo era aprender de la experiencia sino que además, tenía que ver con nuestra manera de responder a los estímulos que nos llegaban… la vida procuraría ponernos al paso emociones y sentimientos con los que practicar.
Aunque “Tere” no solía salir con la -por aquél entonces-, incipiente pandilla, ese año participé en su casa de un discontinuo grupo de estudio para intentar aprobar en septiembre el fastidioso inglés que a ella traía tan de cabeza. Era una muchacha achaparrada, más bajita que el resto de nosotros y aunque no era excesivamente gruesa, una cara redonda con el pelo siempre recogido en dos trenzas, acentuaba la rechonchez de su aspecto. Para nosotros, era inevitable compararla con una campesina del Perú y su apellido, “Cabezas”, más de una vez fue motivo de guasa. Era más bien tímida -aunque en la intimidad se mostrara ocurrente-, no se le conocía un grupo fijo de amigos, casi siempre se le veía con su amiga -y vecina- de toda la vida y cada vez que coincidíamos en la parada del autobús, mostraba su carácter sencillo, reservado e ingenuo. Todos coincidían en que “era mas inocente que un pimiento verde”.
A punto de comenzar el nuevo curso, tras los exámenes y en espera del comienzo de las clases, procurábamos disfrutar del tiempo libre que nos quedaba, del mismo modo que lo habíamos hecho en verano. Quedábamos por las mañanas para matar el tiempo entre expediciones al campo, grabaciones de cintas de casete o algún ratico de bicicleta y por las noches nos íbamos al paseo a tomarnos algunas “litronas”,… aunque Tere nunca participó de eso.
Una de esas mañanas nos levantamos con el rumor de una estremecedora noticia: la noche anterior, Tere junto con su hermana mayor -tan discreta como ella pero de aspecto mucho mas refinado-, se fueron con tres chicos más a uno de los pueblos vecinos para divertirse. A su regreso tuvieron un accidente y murieron todos menos el chico que llevaba el coche.
El pueblo estaba consternado, en el entierro nos vimos un sinfín de muchachos de los que estudiábamos en el instituto. Recuerdo como un grupo de nosotros tuvimos que ver a Tere de cuerpo presente para creernos lo que estaba pasando, entre ellos Alfonso, un chico tan discreto como ellas y que en secreto bebía los vientos por la hermana de Tere.
Tras el funeral no volvimos a nuestras casas, nos quedamos en silencio en un banco del paseo. Fueron los sollozos de Alfonso los que motivaron que alguno de nosotros esgrimiera un “la vida sigue” para sacarnos del estado de abatimiento en el que estábamos. Decidimos comprar unos litros de cerveza y tinto con casera como en noches anteriores, así que juntamos el “trapillo” que teníamos y compramos algunas botellas. Y bebimos. Tanto que el ambiente se fue relajando y hubo risas y bromas y revelaciones sobre Tere y su hermana y al rato estábamos tan eufóricos que no hacíamos otra cosa que disfrutar de los lazos que nos unían, extrañamente reforzados por lo que acabábamos de vivir.
- ¿Estamos haciendo bien…? -me preguntaba Alfonso desde su desconsuelo-.
No supe que contestar, me limité a echarle el brazo por encima del hombro y arrimarle el litro que tenía en la mano.

Imagen: "Muchacha con trenzas" de Amadeo Modigliani. 1918.

martes, 23 de diciembre de 2008

REUNIFICACIÓN.

Estas son fechas donde muchos hogares andan revueltos tratando de responder convenientemente a la tradición señalada para la nochebuena.
Muchas son las familias que andan preparando -aunque sea minimamente-, el momento en el que se sentarán alrededor de una mesa para disfrutar de su reencuentro y el ágape que para tal fin, prepararán con esmero. Cada miembro del clan mima esta nueva oportunidad donde poder reforzar, mantener o recuperar los lazos que les unen.
Durante esa noche algunas familias disfrutarán -o padecerán- la raigambre de la costumbre; la consagración o desinhibición a ella de las que cada uno haga gala; o las novedades, planes e imprevistos con las que se sorprenderán los unos a los otros. Otras, compartirán por imitación ese delicado y efímero espíritu navideño mientras ningún contratiempo les devuelva al lugar de su corazón donde parecen haber aparcado por un tiempo sus diferencias, reservas, expectativas o su angustia.
Y son muchos los que -por necesidad-, se dejan contaminar del espíritu reinante para poder disfrutar de la tregua concedida al individualismo, la distancia, la soledad o la misantropía.
En fin, sea cual sea la realidad que se viva, espero que la felicidad esté presente.
Escena: "La Gran Familia" de Fernando Palacios. (1962).

domingo, 14 de diciembre de 2008

CONCLUSIONES.

Dentro de uno de los fragmentos del “Libro del Desasosiego” del portugués Fernando Pessoa, se puede leer:
…Nos cansamos de pensar para llegar a una conclusión, porque cuanto más se piensa, más se analiza, más distingos se hacen, menos se llega a una conclusión...


domingo, 7 de diciembre de 2008

TENTATIVAS.

…¿Pourquoi, qu’il disait, pourquoi
…¿Por qué, decía, por qué
qu’on supporterait pas la vie
no íbamos a soportar la vida
du moment qu’il suffit d’un rien
desde el momento en que basta con una pequeñez
pour vous en prever?...
para verte privado de ella?...
Raymond Queneau.
(Versos que pueden leerse en
"Place de la republique" de Louis Malle. 1974).

Todos, absolutamente todos, moriremos en el intento. Cuando no sea intentando morir, será intentando vivir, construyendo desde la nada, apegándose a todo, viendo como se nos encallan el corazón y las manos, creyendo que la trascendencia es descendencia, tratando de entender por qué la presencia de los que están no siempre es visible -“o al revés” como diría Gloria-, descubriendo que el amor no tiene por qué regresar por el mismo camino,… decidiendo morir en nuestro intento de vivir.
Aún intentándolo hay cosas que se nos escapan. Todavía.

Akron/Family - “Love is simple.”

Don’t be afraid, it’s only love.
Love is simple.
Don’t be afraid, you’re already dead.
Love is simple.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

VENTANA OESTE (XV).

Cuando no se consigue ver lo de fuera quizá sea el momento de mirar hacia dentro.

lunes, 1 de diciembre de 2008

DEVANEO. Dieciocho.

La noche es ahora un hálito frío con olor a chimenea que lame los reflejos de mi rostro, el calor de la música se desliza por entre el siseo del aire cuando lo tomo en cada bocanada, mientras titilan las luces de los pueblos vecinos en la oscuridad lejana,... planeo mentalmente por el cielo de otros días para reconocer la inesperada sensación peregrinamente familiar que es reconciliarse consigo mismo.

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Para el que sabe ver todo es transitorio