QUEJAS.
En 1936, el año en que todo empezara a ir mal, Federico García Lorca recogía 11 poemitas en sus "Sonetos del amor oscuro".
Os acerco aquí este "de la dulce queja".
Os acerco aquí este "de la dulce queja".
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.