PERSPICACIA vs. SUSPICACIA.
"El arte ha muerto. Liberemos nuestra vida cotidiana", decían las paredes de la Sorbona hace casi medio siglo, cuando parecía una prioridad ensalzar la imaginación en cada idea, cada gesto o cada palabra.
Ahora, la sombra de esa imaginación, (siquiera, apenas el eco), parece querer mostrarse en la recurrencia de anodinas actualizaciones de facebuses y tuíteres, que de tan insistentes, nunca la imaginación me pareció tan aburrida.
...y lo peor es que con ella se ha dormido la naturalidad de la que se servía para revelar la trascendencia de lo cotidiano.
Escena de "Soñadores" de Bernardo Bertolucci. 2003.