SAMSARA.
Vuelvo a casa después de entregarme durante algunos agitados días a la más disoluta vida de barras de tabernas y ferias; de asomarme a solemnes fiestas languidecidas por la costumbre y sumergirme en la más convencional de las desocupaciones. Vuelvo tras perderme en enardecidas músicas; tras abandonarme a deletéreos brebajes y humos; tras encontrarme en desordenadas conversaciones saturadas, deterioradas, tiranizadas por las pasiones.
Vuelvo a casa para apartarme durante algunos apacibles días a la vida contemplativa de reseñas cinéfilas y literarias; para esconderme en la individualidad vigorizada por la disciplina y la renuncia y navegar por las actividades mas naturales. Vuelvo para recuperar el silencio y la música sosegada; para ampararme en el agua y la respiración; para perderme en meditadas lecturas inspiradas en la serenidad y el equilibrio.
Partir renacido para amortecer lo pasado, llegar muerto para vivir lo venidero.
Vuelvo a casa para apartarme durante algunos apacibles días a la vida contemplativa de reseñas cinéfilas y literarias; para esconderme en la individualidad vigorizada por la disciplina y la renuncia y navegar por las actividades mas naturales. Vuelvo para recuperar el silencio y la música sosegada; para ampararme en el agua y la respiración; para perderme en meditadas lecturas inspiradas en la serenidad y el equilibrio.
Partir renacido para amortecer lo pasado, llegar muerto para vivir lo venidero.
Escena: "Samsara" de Pan Nalin. 2003.
1 comentario:
Lo mejor es tomar de vez en cuando un tiempo para estar a solas con la excelente compañía de nuestra propia personita, pero de buen ánimo, reparando energías.
¿Un cafecito? ¿Con azúcar o sacarina?
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