DEVANEO. Treinta y dos.
Abro los ojos y me dejo llevar por el deseo.
Ese deseo que te apega a la vida,
si esa vida sólo fuera el rato en el que te quedarías para siempre.
Ese deseo que te apega a la vida,
si esa vida sólo fuera el rato en el que te quedarías para siempre.