DEVANEO. Veintinueve.
En su primer día, un niño es acompañado al colegio por su madre. Al ver a los demás púberes lloriqueando, su luminosa sonrisa se torna sollozo.
- Pero bueno,... pero si venías ilusionado,... ¿qué ha pasado?
- Es que al ver a los niños llorando me ha dado vergüenza... -explica el niño-.
Es la primera vez que veo ayudar a un hijo a identificar sus sentimientos:
- Eso es pena, cariño...
- Pero bueno,... pero si venías ilusionado,... ¿qué ha pasado?
- Es que al ver a los niños llorando me ha dado vergüenza... -explica el niño-.
Es la primera vez que veo ayudar a un hijo a identificar sus sentimientos:
- Eso es pena, cariño...
4 comentarios:
Me tienes corriendo suelto delante de ti, llegando el primero para abrevar de la exigua ambrosía que destilas y regalas, en este tu pilón de pedanía verbenera al que llamas como te da la gana (y nunca pensé que fuera de otra forma). Así que estoy mirando al cielo y zaragozano en mano, consulto cabañuelas, por si hay riada de palabras o frases sueltas o algún devaneo imprevisto, sabes si se barrunta algo..., acuérdate, ahora que eres un As con proyecto de escalera a la reina, solamente de una cosa. De dar de beber a los pajarillos. No se te ocurra dejar de escribir, no me asustes.
Por mucho que les queramos transmitir a nuestros niños una idea aproximada de lo que es un sentimiento utilizando ejemplos, canciones o cuentos, no conocerán su verdadero significado hasta que les atraviese la piel y les cale los huesos, es entonces cuando le debemos poner nombre: "esto es felicidad, esto es rabia...esto es pena hijo."
¿Dejar de escribir?
Solo son seis frases, pero me han llevado a la puerta del colegio a entender lo que desde fuera no se aprecia, el milagro del cuajar de la humanidad y sus sentimientos en carnes tan tiernas, el llanto primigenio del nacimiento , arrastrado durante toda la vida y que en la infancia nos es tan necesario al descubrir que fuera hace frío y que poco a poco vamos abandonando el útero y el hogar materno, ese limbo acolchado y tibio, para integrarnos en la inevitable, y bastante menos confortable, realidad.
Amigo, comprendo que desde la pedanía te regañen por vender tan caras tus visitas a esta tu casa, se que necesitas escribir tanto como el respirar, y se que ahora las más de las veces estas tocando las teclas que te fueron vedadas en otros tiempos por los dioses, escribiendo una de las páginas más felices de la historia de tu vida.
Te copio, y desde lejos sigo la polvareda de tus maniobras militares en ese campo de batalla que es el amor, quizás mas supremo que este, siempre atemporal, manirroto, descalabrado y cálido, extraña, original,insustituible e irrepetiblemente cálido.
Salud y saludos.
Esta tarde el aire que respiro me oxigena mis pulmones, gracias.Escribe cuando puedas, te esperamos con ilusión.
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