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viernes, 26 de enero de 2007

RECOMENDACIONES.

Los medios de comunicación nos alertan para que extrememos la prudencia en la carretera y nuestra subjetividad -la propia y la ajena-, convierte esta advertencia en un miedo inconsciente a sufrir algún accidente, cosa que puede afectar directamente en la toma de nuestras decisiones.
Condicionado por los mass media que muestran machaconamente el “tiempo infernal” que está haciendo y lo mal que están las carreteras, he decidido quedarme en casa. Hoy no haré los más de cien kilómetros -de ida y vuelta- que diariamente recorro hasta el lugar de trabajo aceptando las recomendaciones que recibo por doquier. Así tengo tiempo, entre otras cosas, de haceros participes de algo que leí anoche y que viene como anillo al dedo al hilo de todo esto. Se trata de un párrafo de “Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía.” de José A. Marina. (Anagrama. 2006), que aquí os recomiendo -apartándome quizá de la linea que llevo en este blog-:
…El miedo funciona pues, como los vasos comunicantes. Un vaso es el sistema de evaluación del sujeto; el otro el peligro real. El desencadenante entra por uno u otro, pero al final la situación se equilibra. El nivel de miedo determina el nivel de peligro, y al revés. Hay peligros inequívocos que despiertan un miedo objetivamente justificado: un enemigo -y además borracho y enfurecido- apuntándote con una pistola, un terremoto, el resultado de un análisis medico. Otras veces es el trastorno fóbico de un sujeto lo que convierte el simple hecho de atravesar una plaza en un peligro insoportable. Entre ambos extremos de objetividad pura y subjetividad pura, se da una mezcla graduada de ambos factores que determina la peculiaridad de los miedos individuales. En esto, como en tantas otras cosas, somos seres incoherentes. Podemos ser objetivos al evaluar los problemas de la salud y absurdamente subjetivos al evaluar una mirada ajena. Para comprender esta amplia variedad de cócteles emocionales, tendremos que atender a los factores -objetivo y subjetivo-, y al intentar educarlos o controlarlos, lo mismo.
Por cierto, la pintura del polaco Jacek Yerka que ilustra esta entrada es también más que recomendable.

Imagen: "Zima" de Jacek Yerka. (acrílico sobre tela) .

2 comentarios:

almena dijo...

Antonio Marina es increíble ¿verdad?.
Soy aficionada a sus libros, pero éste que citas no lo he leído.
Tomo nota.
:)
Un abrazo!

Deli dijo...

Hasta me da "miedo" decir que me parece muy interesante tu post y el artículo que adjuntas.
Un abrazo.

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Para el que sabe ver todo es transitorio