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martes, 24 de abril de 2007

CALMA CHICHA.

Suerte que de todas las costumbres espirituales
–pasiones, deformaciones, complacencias, serenidad, etc.- ,
la única que sobrevive a los días es la calma. Volverá
.”
Cesare Pavese.


Después de haber tenido una semana de lo mas movida, ha sido viajando en autobús de vuelta a casa cuando me ha sobrevenido esa calma que de vez en cuando necesitamos para hacer balance de donde estamos -ya no digo en el autobús- y de donde venimos -tampoco diré de Málaga-. Y es que es del todo imposible que la celeridad con la existimos nos permita ser conscientes de que constantemente estamos inmersos en un proceso de cambio -aunque a veces sea más que evidente-.
Recobro la conciencia de los acontecimientos más cercanos y tengo que:
• Participo de ciertas jornadas de formación que me inducen a apreciar como con el tiempo me siento más cerca de encontrar un sentido a lo que hago -entiéndase en mi trabajo-
• Salgo indemne de un accidente que se me presenta más como una oportunidad para cambiar de coche que como un infortunio. -No hubiese querido que fuese así, pero…-
• Comienzo a leer “El Oficio de Vivir” de Cesare Pavese y descubro no solo un diario realmente revelador -¡un auténtico Blog comenzado en los años 30!-, sino un oportunísimo reflejo de mí -años atrás- en él.
Sin duda algo parece estar cambiando pero de momento me veo disfrutando de este viaje.

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Para el que sabe ver todo es transitorio