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jueves, 9 de noviembre de 2006

EL ABRAZO.

Recientemente, en un curso sobre el abordaje de situaciones conflictivas en el ámbito familiar, tuvimos la oportunidad de ver el poder didáctico -y terapéutico- que puede tener la Metáfora .
Analizamos, mediante casos, la actitud más idónea para enfrentarse a los problemas.
En un momento dado, el ponente nos invitó a pensar que es lo que hace un boxeador para evitar que un contrincante más fuerte que él, le aplaste.
-Id pensándolo y lo comentamos después de ver el caso de Ángel, -dijo-.

Estudiamos el caso de un adolescente anoréxico que aprendió a vivir con su problema carteándose con él. Para eso, tuvo que buscarle un nombre. Le llamó “Sra. Obsesión”. En sus cartas se apreciaba como cuando se enfrentaba a la Sra. Obsesión, sufría y se debilitaba. En otras la consideraba amiga y le reconocía su labor de “cuidadora” por mantenerlo con el físico con el que le gustaba verse. Cuando en una misiva reconocía que se sentía desfallecido y que nunca podría someter a su obsesión, se le propuso firmar un “tratado de convivencia” en el que Ángel permitía a su -ya- amiga “visitarlo”, pero solo cuando él quisiera y durante el tiempo que él estimara. A partir de ahí en sus cartas se veía mas relajado y parecía haber encontrado una manera de relacionarse positivamente con su problema.
-Bueno,… -nuestro ponente volvió al símil del boxeo-, ¿Qué es lo que puede hacer el púgil para que su adversario no le machaque?
-“¡Cubrirse con los brazos!”,…
-“¡Huir!”,…
-“¡Pegarle una patada en los bajos!”,…
-“¡Morderle!”,…
-“¡Tirar la toalla!”,…
Ninguna respuesta era válida. Después de un rato vomitando sugerencias tratando de dar con la respuesta, conocimos la buena:
-Abrazarlo. La única manera para que el contrincante deje de golpear es abrazarlo.
Para que los problemas no nos machaquen hay que abrazarlos.

1 comentario:

Manolo Merino dijo...

No solo me alegra conocer a alguien que se identifique con esas palabras, sino que además intente, -y en mi caso consiga-, arrojar un poco de esa luz tan necesaria para recorrer nuestros caminos.
Gracias por tu visita.

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Para el que sabe ver todo es transitorio