AMIGA ÍNTIMA.
Resulta difícil explicar la sensación que me produce ver a este animal. No es cuestión de superstición, es más bien una herramienta creada de manera intuitiva para regresar al presente.
La abubilla me rescata de ese ominoso letargo en el que inevitablemente caigo cuando quedo atrapado en equivocaciones antiguas, proyectos inconclusos, dudas, deseos, temores o exigencias a mi mismo.
El caso es que cuando la veo, recobro la conciencia del momento en el que me encuentro. Me relajo, respiro, aprecio la armonía de todo lo que me rodea, contemplo la vida tal y como se me muestra.
Coincide que cada vez que veo una abubilla las ideas que me hacen continuar adelante adquieren fuerza y eso, me hace sentirme inmensamente bien.
La abubilla me rescata de ese ominoso letargo en el que inevitablemente caigo cuando quedo atrapado en equivocaciones antiguas, proyectos inconclusos, dudas, deseos, temores o exigencias a mi mismo.
El caso es que cuando la veo, recobro la conciencia del momento en el que me encuentro. Me relajo, respiro, aprecio la armonía de todo lo que me rodea, contemplo la vida tal y como se me muestra.
Coincide que cada vez que veo una abubilla las ideas que me hacen continuar adelante adquieren fuerza y eso, me hace sentirme inmensamente bien.
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