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jueves, 13 de marzo de 2008

DESCORAZONADA.

"Si a mí no me faltaran
mi hembra y sus lunares,
sabrían en el Madison
que el cante grande es lo que vale".

“La gloria de Manhattan” de Javier Ruibal. 1994.

Me pasa que, a veces,
solo a veces,
me abate una vil dolencia:
tu intermitente presencia
me angustia, si no apareces.

Y entonces requiero
anunciar que te quiero,
gritándolo al aire.

A modo sucede que,
-por un momento-,
la fastidiosa insistencia
de mi indomable prudencia,
me encamina al desaliento.

A la sazón, necesito
denunciar con un grito
que nada es amable.

Convendrás conmigo que
apena vernos,
-tú perdida en la indolencia,
yo en el dolor de tu ausencia-,
cara a cara, sin poder tenernos.

A veces, necesito
expresar en un grito
que no estoy pa nadie.

Imagen: "Jeanne Hébuterne sentada" de Amadeo Modigliani. 1918.

4 comentarios:

Isabel dijo...

Ay cuánto en común siento con esta descorazonada,amigo...
Me gustó tu entrada.Un abrazo.

Linus Lowell dijo...

Qué bueno. Este texto está buscando desesperadamente una música para ser una excelente canción

Ximena dijo...

Guau! Dejas con el alma en un hilo, querido amigo!!
Musicalidades en común, veo. Amo esta canción de Ruibal, es mi favorita de él!!

Un abrazo

Xime

Isabel dijo...

Sigo creyendo que hay personas especiales.Gracias,amigo.Un abrazo.

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Para el que sabe ver todo es transitorio