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domingo, 17 de diciembre de 2006

CUENTO DE NAVIDAD.

En estas fechas, el formato de narración por excelencia es el cuento.
No faltan los almibarados concursos locales que premian el talento de los participantes con cestas rebosantes de frívolas viandas y no hay periódico serio, -que se precie de serlo-, que no encargue algún relato al elenco de escritores disponible en el momento. Esta última circunstancia es precisamente la que sirve de pretexto a Wayne Wang para relatarnos un hermoso cuento en su película “Smoke” a través de Auggie, uno de los personajes mas peculiares que por ella desfilan. Dejo aquí esta secuencia, a modo de postal, para felicitaros la navidad.
Que estas fiestas pensadas para acercar a la gente, -aparte de para consumir-, sean favorables para conseguirlo, -lo del acercamiento digo-.

Para poneros en antecedentes os diré que Paul, un escritor venido a menos, recibe del “New York Times” el encargo de escribir un cuento de navidad. Tiene que escribir algo en cuatro dias y no se le ocurre ninguna idea. Casualmente se lo hace saber a su amigo Auggie, dueño de un estanco, que le propone un trato: Si lo invita a comer, le contará el mejor cuento de navidad que jamás haya oido.

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Para el que sabe ver todo es transitorio